El comprador es afortunado, porque alguien hizo
algo único que puede ser suyo.
El que compra “hecho a mano” consigue algo
único que se merece, no hará una fila en una gran tienda y será atendido personalmente con generosidad y
alegría.
El creador/vendedor obtiene una gran satisfacción
en la venta y manufactura de su producto. Ha invertido ideas, creatividad, tiempo
y gusto, porque trabajar con las manos lo hace feliz.
Las manualidades son productos mucho más
significativos. Son objetos únicos en sí mismos, resultado del cuidado, la
atención y el talento del que carece el inmenso mundo de productos producidos
de manera seriada.
El trabajo hecho a mano, por su escala y
procesos de producción, no tiene un efecto perjudicial para el medio ambiente.
Me comprometo a considerar y comprar productos hechos a mano para mí y mis seres queridos, para uso cotidiano o regalos y pedir que otros hagan lo mismo para mí.